jueves, 6 de junio de 2013

¿Por qué son tan importantes las emociones?



La pregunta no es fácil de responder, o por lo menos hacerlo de forma rápida. Una forma que siempre he usado para salir de estos escollos ha sido empezar definiendo la cosas para luego responder a la pregunta.
Desde hace ya varios años se viene hablando de la Inteligencia Emocional principalmente porque la inteligencia clásica, la académica se ha visto insuficiente para alcanzar el éxito personal y/o profesional. La inteligencia académica no garantiza que seamos más felices ni que nuestras relaciones sociales sean más ricas. Lo mismo sucede en el ámbito profesional , donde se ha constatado que no existe una relación directa entre las personas que alcanzan altos cargos y sus cocientes intelectuales. ¿Qué ocurre entonces? ¿Qué otras variables intervienen en el éxito y la satisfacción de las personas?  A estas preguntas trataron de responder Jhon Mayer y Peter Salovey (padres de la Inteligencia Emocional) allá por 1990. Ellos definen el términno de IE como la habilidad de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás.  Este modelo implica cuatro grandes componentes:
   * Percepción y expresión emocional: reconocer de forma consciente nuestras emociones e identificar qué sentimientos y ser capaces de darle una etiqueta verbal.

  * Facilitación emocional: capacidad para generar sentimientos que faciliten el pensamiento.

  * Comprensión emocional: integrar lo que sentimos dentro de nuestro pensamiento y saber considerar la      complejidad de los cambios emocionales.

   * Regulación emocional: dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz.

Es indispensable que la escuela sea promotora de una educación integral, donde además de tener cabida y potenciar la inteligencia académica se fomente también esta otra inteligencia, la emocional. A tal efecto el Informe Delors (UNESCO 1996) reconoce que la educación emocional es un complemento indispensable en el desarrollo cognitivo y una herramienta fundamental de prevención, ya que muchos problemas tienen su origen en el ámbito emocional. La educación emocional tiene como objetivo ayudar a las personas a descubrir, conocer y regular sus emociones e incorporarlas como competencias.

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