Un genio es 1% inspiración y 99% transpiración.
Thomas Edison
Os dejamos un artículo de Valores del Futuro que nos parece muy interesante:
El éxito
de unos es envidiado por otros y, generalmente, es atribuido a la
inteligencia o al azar. Pero, en la mayoría de los casos, se debe a
mucha dedicación y esfuerzo.
Un buen jugador de fútbol tiene que
entrenar, tiene que ser disciplinado, tiene que esforzarse. Lo mismo se
aplica a un buen estudiante. ¡Sin esfuerzo no se logran buenos
resultados escolares! La inteligencia, de hecho, facilita el buen
desempeño pero no es condición suficiente para el éxito. ¡Quien no
consiga destacar por su talento puede vencer gracias al esfuerzo!
En la sociedad en la que vivimos impera
el modelo de lo fácil. Son pocos los alumnos que sienten el sabor de la
victoria con una intensidad proporcional a la dificultad de la tarea. El
error se entiende como un fracaso, en vez de entenderse como un
aprendizaje.
Son pocos los jóvenes que, hoy en día,
se sienten orgullosos de lo que hacen. Son menos aun los que tienen
objetivos bien definidos, sin preocuparse del esfuerzo que les suponga
alcanzarlos.
Sin duda es imperativo cambiar nuestra
actitud frente a la vida, pero ¿cómo hacerlo? Carol Dejó, psicóloga de
Stanford, ha dedicado muchos años a demonstrar que uno de los elementos
fundamentales para una educación adecuada es la capacidad de aprender de
los errores cometidos. Sin embargo, se suele enseñar justamente lo
contrario. Si un niño comente fallos se asume no es muy inteligente. El
inteligente no comete fallos y merece cumplidos por dicho motivo. Pocas
son las personas que valoran a los otros por su esfuerzo y no por sus
capacidades innatas (in http://doc.jurispro.net/articles.php?lng=pt&pg=27704, a 25 de abril de 2013).
Dejó ha constatado que, la mayoría de
los niños que son valorados por su esfuerzo, cuando tienen que elegir
entre una tarea fácil y otra difícil optarán por la difícil. En cambio,
la mayoría de los niños que reciben cumplidos por su inteligencia,
elegirán la tarea fácil. Así, se puede concluir que cuando hacemos
énfasis en la inteligencia del niño en la realidad le estamos diciendo
“no muestres tus fragilidades, no te arriesgues a cometer fallos”.
¿Bastará pues con que cambiemos la forma
en que hacemos cumplidos a nuestros hijos o alumnos para que estos
pasen a valorar más el esfuerzo? Pienso que no. Pienso que será
importante que vivan situaciones en las que tengan que esforzarse para,
por ejemplo, alcanzar un objetivo común. Y en este aspecto el Programa
Valores de Futuro es de gran ayuda, pues una competición entre clases
acaba siendo importante por el hecho de favorecer que los alumnos
piensen sobre el tipo de actividad a desarrollar o sobre cómo
organizarse entre ellos para una mejor ejecución de la misma.
Los niños que se esfuerzan para alcanzar
sus objetivos serán adultos perseverantes y exigentes con ellos mismos.
La Educación Financiera en las escuelas permite que los alumnos
conozcan las herramientas financieras que les ayudarán a ahorrar y a
rentabilizar el dinero, con o sin riesgos asociados. Si tienen, a modo
de ejemplo, una cuenta ahorro deberán hacer un esfuerzo mensual para
gestionar adecuadamente sus ingresos. Si lo hacen de forma adecuada
verán que su cuenta ahorro aumenta meritoriamente.
Si queremos tener éxito, sea en lo que
sea, debemos esforzarnos y…cuanto mayor sea el esfuerzo, mayor será el
sabor de la victoria.
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